Desde que se anunció que Meghan Markle se convertiría en la
esposa del Príncipe Harry, sabíamos que generaría mucha expectación. Su
personalidad tan americana, con todo lo que implica de individualidad,
igualdad, informalidad, chocaría en algún momento con la sociedad inglesa y
máxime con la realeza, encorsetada y orgullosa de sus costumbres y tradiciones.
Pero en su primer viaje oficial, a la isla de Tonga, se ha
convertido en la protagonista por un hecho tan poco serio como yo creo ajeno a
ella: el olvido de la etiqueta en su
vestido, que ha revolucionado las redes, provocando comentarios tanto para bien
como para mal.
Pobre Meghan, siempre sometida al ojo crítico de la
sociedad. Pero pongámonos en situación. Llegan los duques de Sussex, guapísimos
los dos, sobre todo Meghan enfundada en un precioso vestido rojo de largo midi
de la firma Self Portrait. Dato que conocemos porque alguien o la propia
duquesa olvidó retirar la etiqueta del vestido.
Esto nos ha pasado a casi todas, y sí, reconozco que es un
poco vergonzoso, pero tampoco como para lapidar a la pobre chica.
Por nuestra parte decirte Meghan que estás guapísima, que el
embarazo te sienta genial y que el vestido fue un acierto, tanto por el color
como por el estilo. Esperamos que nos des muy buenos momentos y revoluciones
con cambios que traigan nuevos aires a esa familia real tan encorsetada.