Como no todo es trabajar, también hay que dedicar algo de tiempo al ocio y que mejor que salir con los amigos a chiquitear, cenar algo y luego una buena copa y esas conversaciones y risas. No solemos estar siempre en los mismos sitios nos gusta más cambiar de zona, aunque en Santander tampoco te puedes mover mucho. Y este sábado fuimos a picar como lo hacemos muchas veces al Riojano (me encantan los pimientos rellenos de carne), la comida como siempre exquisita pero esta vez hay que poner un pero había un olor "nauseabundo" a alcantarilla, al punto de que tuvimos que comer a toda prisa para poder salir corriendo, como nosotros mucha más gente, no se cual seria el problema preguntamos al camarero pero tampoco nos supo decir nada.
Luego tomamos la copa en la Mosca, me encanta el Gin-Tonic que ponen, también están riquísimas las trufas caseras que te ofrecen. El local no es muy grande, pero el ambiente y la música esta muy bien.
EL LOCAL ES PEQUEÑO PERO MUY AGRADABLE
(ESO CREO)
AMBIENTE DE GENTE GUAPA Y SIMPATICA
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